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Qué hacer en Ibiza si tienes solo 48 horas

ibiza en 48 horas

¿Solo 48 horas en Ibiza? Te ayudamos a exprimir cada minuto

Puede parecer poco, pero dos días en Ibiza dan para mucho si sabes dónde ir y qué evitar. Aquí no se trata de verlo todo, sino de saborear lo justo. Lo que te deja con ganas de volver.

Playas que parecen sacadas de un anuncio, pueblos con encanto, puestas de sol que se quedan contigo, y sí, algo de vida nocturna (si te apetece). En esta guía condensamos lo imprescindible para que en 48 horas vivas una Ibiza real, con esencia. Sin prisas, pero sin perder tiempo.

Día 1: Playas, mercadillos y un atardecer inolvidable

El primer día tiene que empezar fuerte, pero sin estrés. Aquí el reloj va más lento, y eso hay que respetarlo.

Mañana: chapuzón en calas con alma

Empieza el día en la costa oeste. Cala Conta o Cala Bassa son opciones seguras si buscas aguas cristalinas, buen acceso y ese ambiente ibicenco que mezcla familias, parejitas y algún que otro barco fondeado cerca.

Si prefieres algo más tranquilo y menos concurrido, prueba Cala Salada o Punta Galera. Lleva calzado cómodo: algunas zonas requieren un pequeño paseo.

Un chapuzón, algo de snorkel, y ya estás en modo Ibiza.

Mediodía: comida con sabor local y paseo por un mercadillo hippie

Hora de reponer fuerzas. Si estás por Sant Antoni o alrededores, hay varios sitios donde comer rico sin complicaciones. Platos mediterráneos, pescado fresco o incluso algo veggie si te apetece más ligero.

Después, acércate al mercadillo de Las Dalias (si es sábado) o al de Sant Jordi (los domingos), donde puedes encontrar desde ropa vintage hasta joyitas hechas a mano. Más que comprar, se trata de curiosear, dejarse llevar por el ambiente y quizá llevarte un recuerdo diferente.

Tarde: café tranquilo y ruta hacia el sunset más bonito

Un café en Santa Gertrudis o en alguna terracita con sombra para digerir, descansar y cargar pilas. Después, prepárate para uno de los grandes momentos del día: el atardecer.

Desde Cala Benirràs (con sus míticos tambores los domingos) hasta los clásicos como Café del Mar o Sunset Ashram, hay mil formas de ver cómo se despide el sol en Ibiza. Lo importante no es dónde estés, sino cómo lo vivas. Así que busca un sitio cómodo, ponte algo de abrigo por si refresca y disfruta.

Noche: cena con buen rollo y copas en ambiente relajado

Tras la puesta de sol, toca cerrar el día como se merece. Si buscas un sitio con alma, ambiente cuidado y comida para saborear sin prisas, apunta este nombre: Social Point Ibiza.

Está cerca de Sant Antoni, rodeado de naturaleza, con una carta creativa que mezcla sabores mediterráneos con toques internacionales. Ideal para compartir platos, brindar por el día vivido y dejarte llevar por la música y las luces suaves. Si te apetece seguir, puedes acercarte a alguna terraza con música en directo o dejarte caer por alguna fiesta, pero sin presiones. Lo bueno de Ibiza es que puedes elegir tu ritmo.

Día 2: un toque cultural, vistas de postal y despedida con estilo

El segundo día va más relajado, pero aún te quedan sorpresas por descubrir.

Mañana: paseo por Dalt Vila y vistas desde lo alto

Empieza el día en Ibiza ciudad. El casco antiguo (Dalt Vila) es una maravilla para perderse entre calles empedradas, fachadas encaladas y tiendas pequeñas con encanto. Sube hasta lo más alto y tómate un rato para contemplar las vistas del puerto. Fotos obligatorias.

No olvides pasar por la catedral, aunque solo sea para sentir el silencio fresco de su interior. Y si te gusta el arte, hay pequeñas galerías repartidas por toda la zona.

Mediodía: Formentera express o ruta alternativa por el interior

Si te levantas con ganas de aventura, puedes coger un ferry rápido a Formentera, darte un baño en Ses Illetes y volver por la tarde. Suena loco, pero se puede. Solo asegúrate de reservar el billete con antelación y revisar horarios.

¿Prefieres algo más tranquilo? Coge el coche o la moto y explora el interior de la isla. Pueblos como Santa Agnès o Sant Miquel tienen ese sabor rural que contrasta con la costa. Parada para comer en alguna casa de comidas o agroturismo y sobremesa sin mirar el reloj.

Tarde: relax, compras y última parada frente al mar

Antes de volver al hotel o al aeropuerto, puedes aprovechar para hacer unas compras rápidas en Ibiza ciudad o tomar algo cerca del mar. Si te queda algo de energía, incluso una última parada en la playa para mojar los pies.

No es cuestión de tachar lugares, sino de irte con buenas sensaciones.

Consejos para moverte, reservar y no perder tiempo

¿Merece la pena venir a Ibiza solo un fin de semana? Spoiler: sí

Puede que 48 horas suenen a poco, pero Ibiza tiene esa capacidad de condensar experiencias. En dos días puedes bañarte en aguas transparentes, ver puestas de sol épicas, comer de maravilla, bailar (si quieres) y, sobre todo, sentir esa energía que no se explica, solo se vive.

Y si al final te vas con la sensación de que te ha faltado tiempo… misión cumplida. Significa que volverás.

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